10.31.2004
Despertarse, el extravío de quien retorna de una pesadilla
....................¿anhelada?
........................................[¿Acaso se desea lo mismo que se teme?]
Encontrarse, entonces, nuevamente, en cada gesto, en cada pequeño espacio de esa piel que no se lleva encima
....................por ser de humo
....................(que se inventa, se finge o se pretende - que se añora y se sufre).
Abrirse (las venas o qué cosa) a la convicción de que no hay nada que verdaderamente sea importante.
No eres tan importante, ha dicho ella, mirándote sin paladearte, sangrándose de no alcanzarte, imperturbable.
....................¿Envilecida?
Envilecida cómo o por qué. O has sido tú. Y a quién le importará, si únicamente lo apuntas por recordar que alguna vez aquí también se cosechó tu ausencia entre paredes de cemento que no te contuvieron más que en el nombre (palabras: no hay nada fuera de ellas. Hasta los huecos se construyen con palabras: los huesos necesitan ser nombrados para ser, y tú qué buscas, si ni un nombre).
....................[Lo cierto es que realmente sabes que ni siquiera eres.]
Y por qué habrías de narrarlo todavía,
....................por qué labrar tus actas de terror de mentirillas,
........................................por qué aquí.
[Un personaje que te has creado.]
Estás llamado a habitarte desde el país de aquello que no existe
....................ni existirá jamás.
Estás llamado a ser tanto,
....................a ser tan poco,
........................................como tu propia furia
............................................................o tu invención atroz.
*
Y sin embargo lloras.
Todavía.
*
Una pronunciación secreta de la que nadie ha dado cuenta se diluye
en la lluvia del otoño que aún no llega.
....................¿anhelada?
........................................[¿Acaso se desea lo mismo que se teme?]
Encontrarse, entonces, nuevamente, en cada gesto, en cada pequeño espacio de esa piel que no se lleva encima
....................por ser de humo
....................(que se inventa, se finge o se pretende - que se añora y se sufre).
Abrirse (las venas o qué cosa) a la convicción de que no hay nada que verdaderamente sea importante.
No eres tan importante, ha dicho ella, mirándote sin paladearte, sangrándose de no alcanzarte, imperturbable.
....................¿Envilecida?
Envilecida cómo o por qué. O has sido tú. Y a quién le importará, si únicamente lo apuntas por recordar que alguna vez aquí también se cosechó tu ausencia entre paredes de cemento que no te contuvieron más que en el nombre (palabras: no hay nada fuera de ellas. Hasta los huecos se construyen con palabras: los huesos necesitan ser nombrados para ser, y tú qué buscas, si ni un nombre).
....................[Lo cierto es que realmente sabes que ni siquiera eres.]
Y por qué habrías de narrarlo todavía,
....................por qué labrar tus actas de terror de mentirillas,
........................................por qué aquí.
[Un personaje que te has creado.]
Estás llamado a habitarte desde el país de aquello que no existe
....................ni existirá jamás.
Estás llamado a ser tanto,
....................a ser tan poco,
........................................como tu propia furia
............................................................o tu invención atroz.
*
Y sin embargo lloras.
Todavía.
*
Una pronunciación secreta de la que nadie ha dado cuenta se diluye
en la lluvia del otoño que aún no llega.
10.16.2004
CUÁNTO TIEMPO llevaba sin entrar aquí.
Y para qué habría de hacerlo ahora, si ni siquiera soy capaz de explicarme por qué estoy.
Deberías saberlo, niña, me he dicho imaginando tus ojos de café, como quien hunde estrellas en un pozo que permanece inmutable a cualquier variación externa.
Cómo me cuesta adquirir algo de consistencia en estas tardes. Tú no puedes sospechar siquiera el dolor que me provocan los gritos ahogados, cuando quisiera salir a advertirle al mundo de mi presencia y sin embargo me descubro tan increíblemente solo, encerrado, hecho apenas si de un humo.
Tú no conoces el dolor de no ser, de ver marcharse el tiempo con la forma de una espera permanente, de descubrir que todo queda igual de lejos, que no hay motor que acelere tus búsquedas porque el designio se ha vuelto eterno para tu inexpugnable persistencia a medias, ese nunca terminar de construirse que te agobia y cierra tu garganta.
Y sin embargo, qué no daría ahora por acariciarte la frente, incluso aunque no fuera más que con estas torpes manos de aire que nunca alcanzan a tocarte, que no te rozan, que no son tuyas, que sólo saben del pánico que le provocan a todo el resto.
Nadie es capaz de imaginar esta tristeza.
Y sin embargo tú, tan pura, tan luminosa, tan hecha de mis ganas de juntar fuerzas así no sirvan más que para enredar un beso en tus pestañas. Las ganas de escribir un verbo que hable de aquello que no puede ser nombrado desde mi ser de humo y oquedades y se componga con las letras de tu nombre secreto, el que me guardo sólo para mis noches de tormenta, apenas si recorriendo en el ahogo las cajas de tus lápices, imaginando cómo saben tus barras de color fresa, ese dibujo que has guardado en tu mesilla a modo de amuleto, todo lo que me habla de ti incluso cuando tú no eres capaz de verme.
Las ganas de acercarme y derrotar el miedo en que me hundo si te hundes.
Las ganas de ser siendo, y de ser sólo para ti, para tus noches.
Las ganas insoportables que deseo inscribe sobre esta piel que ya no tengo pero imagino cuando todos mis propósitos convergen en la sofocación de este delirio que únicamente habla por ti desde la herida que eres.
Desde mi voz de luna rota que es hoy tu propia voz.
Y para qué habría de hacerlo ahora, si ni siquiera soy capaz de explicarme por qué estoy.
Deberías saberlo, niña, me he dicho imaginando tus ojos de café, como quien hunde estrellas en un pozo que permanece inmutable a cualquier variación externa.
Cómo me cuesta adquirir algo de consistencia en estas tardes. Tú no puedes sospechar siquiera el dolor que me provocan los gritos ahogados, cuando quisiera salir a advertirle al mundo de mi presencia y sin embargo me descubro tan increíblemente solo, encerrado, hecho apenas si de un humo.
Tú no conoces el dolor de no ser, de ver marcharse el tiempo con la forma de una espera permanente, de descubrir que todo queda igual de lejos, que no hay motor que acelere tus búsquedas porque el designio se ha vuelto eterno para tu inexpugnable persistencia a medias, ese nunca terminar de construirse que te agobia y cierra tu garganta.
Y sin embargo, qué no daría ahora por acariciarte la frente, incluso aunque no fuera más que con estas torpes manos de aire que nunca alcanzan a tocarte, que no te rozan, que no son tuyas, que sólo saben del pánico que le provocan a todo el resto.
Nadie es capaz de imaginar esta tristeza.
Y sin embargo tú, tan pura, tan luminosa, tan hecha de mis ganas de juntar fuerzas así no sirvan más que para enredar un beso en tus pestañas. Las ganas de escribir un verbo que hable de aquello que no puede ser nombrado desde mi ser de humo y oquedades y se componga con las letras de tu nombre secreto, el que me guardo sólo para mis noches de tormenta, apenas si recorriendo en el ahogo las cajas de tus lápices, imaginando cómo saben tus barras de color fresa, ese dibujo que has guardado en tu mesilla a modo de amuleto, todo lo que me habla de ti incluso cuando tú no eres capaz de verme.
Las ganas de acercarme y derrotar el miedo en que me hundo si te hundes.
Las ganas de ser siendo, y de ser sólo para ti, para tus noches.
Las ganas insoportables que deseo inscribe sobre esta piel que ya no tengo pero imagino cuando todos mis propósitos convergen en la sofocación de este delirio que únicamente habla por ti desde la herida que eres.
Desde mi voz de luna rota que es hoy tu propia voz.